Un sabado aburrido pone un poco de perspectiva mi vida.
Después de semanas de parrandear trabajar y asistir a la escuela constantemente por fin me llega un momento de oscio en el cual me obligo a recapacitar de mi vida en estos últimos meses.
Creo que no he perdido oportunidad para disfrutar la vida, todas las oportunidades que me han caido del cielo las he aporvechado, creo que lo que me incomoda en este momento es el no haber creado oportunidades para disfrutar de lo que tengo. Esa falta de proactividad es a veces molesta para mi.
Estoy a punto de acabar la carrera y un barco a la deriva describe mi situación a la perfección, no se que haré, no tengo un plan establecido, tengo más de un par de opciones pero ninguna buena alternativa. Llegará el momento en el que de verdad me azote contra el duro pavimento de la realidad y me tenga que decidir si ser todo un oficinista con el futuro semi-asegurado o tratar de alcanzar un sueño y brincar a lo incierto. Espero con ansia ese momento.
Que cumplir lo que uno desea o aspira es algo muy complicado, que no se da de la noche a la mañana y que cada uno de esos escalones que hay que subir cuestan trabajo, algunos más que otros.
Espero dentro de unos años voltear y saber que hice lo correcto.
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