Ese es el estado de hoy y con un poco de suerte también será el de mañana.
Todos hemos escuchado alguna vez que lo peor de algo malo es la espera, el saber que inevitablemente algo sucedera en poco tiempo pero tenemos que esperar. Es ahí donde el poco tiempo se vuelve un lapso inimaginable que surca nuestra mente una y otra y otra vez en busca de rincones a donde no ha entrado, rastrea todos aquellos recobecos olvidados por el tiempo, los encuentra y los habita, es así como nos volvemos parte de la espera y entramos en ese estado tan desastroso al que llamaremos, incertidumbre de lo anunciado, un poco contradictorio el termino pero recuerden: soy humano.
Esta incertidumbre de lo anunciado tiene su razón en el no saber cuando es que sucederá lo que esta previsto, es decir, entre que lapso de momentos nos encontraremos enfrentando algo que ya sabíamos que sucedería pero no por eso es bien aceptado.
A la espera de la muerte me encuentro el día de hoy. Se que sucedera y pronto, solo no se que tan pronto y eso hace que mi mente agonize entre ideas e insomnio que no dejan descansar el alma.
¿Triste que lo primero que realmente escribo no hable de logros y éxitos?
No.
Triste que no me diera cuenta de que la muerte esta ahí, como yo, esperando.
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